Mientras pienso en tus sublimes ojeras, la niebla se ha colado por la ventolera.
Escucho una noticia sobre la guerra, y la sangre ha salpicado a mis oidos.
Desde mi estudio miro a la ventana del hospital; una palmera se interpone entre el viento cargado de smog y el aire impregnado de formol.
La luz de un faro atraviesa mi perciana; me deslumbra hasta el insomnio.
lunes, 28 de noviembre de 2011
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