martes, 28 de julio de 2009

Hipomegatedio

Los colores oscurecen bajo un sol
paradójico que se atreve a calcinar
los intelectos.
Aquél tren de medianoche se
estacionó en medio del parque.
Los chicos deambulan,
caminan junto a nadie;
unas palabras de messenger
me hablan del fin de los tiempos
mientras contemplo una botella
vacía de plástico.
Los textos se convierten en líquidos
amargos de incertidumbres,
el cadáver de un pájaro me recuerda
cuan susceptible es el mundo.

viernes, 10 de julio de 2009

Sandmann


Descubrí a Sandmann una tarde, mientras veía Good Bye Lenin! (un film devenido de la Ostalgie).


El imaginar la infancia de los niños de la extinta República Democrática Alemana inevitablemente me traslada a mi propia infancia, plantado frente a un televisor en blanco y negro mirando al Topo Giggio pidiéndome de forma inútil que me vaya a dormir. Sin embargo, los contextos debieron ser distintos.


Cuando chicos, el hablar de comunismo era remontarse a Cuba y a compararnos siempre con cualquier país, llegando a la siempre triste conclusión de que el Ecuador estaba a la cola de todos. En el fondo de mi corazón siempre creí que éramos mejor que el Perú (No era acaso el enemigo que el sistema educativo y cívico nos enseñaba para justificar un patriotismo forzado?), sin embargo, el concepto de la patria chica era mayor: en el fondo, quienes dominaban e imponían sus conciencias sobre la nuestra insistían en que para ser grande no bastaba el corazón, sino la fuerza física.


En fin. Volviendo a Sandmann, hay una escena de esa peli donde lo conocí que es causa de un dolor ajeno: cuando Alex visita a su padre en el lado occidental de Berlin, y conoce a sus nuevos hermanos, quienes durante una fiesta están en la sala mirando televisión. Alex se presenta ante ellos, quienes al ver al muppet dicen ¡Es un astronauta!, a lo que Alex responde "De donde vengo, les dicen cosmonautas" (obviamente el diálogo transcurre en alemán). Y de donde vienes? le preguntan los chicos, a lo que Alex concluye: "De otro país".