domingo, 6 de febrero de 2011

Quito sin vos


Es una ciudad extraña
entre la nada.
Es solo un millón de
seres de hormigón.
Es un ruidoso pueblo fantasma,
un cementerio de hombres vivos.
Miro al cielo y siento
como te vuelves uno con la luna.
Las luces de colores
ya no me estremecen.
La Alameda es un mar muerto
perdido entre la cordillera.
La loza de La Basílica es un
gélido rompehuesos.
Los semáforos no son más que
pinceladas caprichosas.
El silencio es el aire
y el ruido de una sirena el latido.
Miro al cielo y siento,
como te vuelves uno con la lluvia.
Desde un campanario busco tus ojos
entre los tejados,
pero el smog irrita los míos.
En una canción creí escuchar
tu voz el otro día.
Las calles no son las mismas
sin tus pisadas.
Quizás el amor sea algo
que esté por encima de nosotros.
Miro al cielo y siento,
como te vuelves uno con las estrellas.