martes, 25 de abril de 2023

Celine Reuter

Te amé,
como se ama aquello que no se conoce,
como quizá la gente ama a Dios y sus ángeles,
o aquello que supone jamás podrá tener.
E imaginé tu voz,
como imaginaba el bosque mientras habitaba en el desierto,
o imaginaba el mar mientras vivía en la montaña.
Como supones es el otro lado del mundo,
o el cielo.
Y te amé,
como el anciano amaría quizás una máquina del tiempo,
que lo traslade a sus tardes de niño o sus noches de adolescencia,
o el cuerpo adolorido el descanso,
e imaginé tu voz,
cómo aún imagino la mía.