martes, 25 de noviembre de 2008

Nunca más el mar


Sensación de olvido,
el aire que hoy respiro;
las hojas de los árboles no
cesan de caer.

Las lejanas olas han borrado
tus huellas,
ya no reconozco ningún centímetro
de nuestro espacio común;
en un libro de la inmensa biblioteca
he perdido la hoja donde
inscribí el primer poema;
era preciso,
la memoria era frágil.
En medio de la cordillera se ahogó
el último grito por tí;
ya no puedo hacer que tu alma
me hable.
Mi interior es un espacio hueco
ahora;
se siente tan extraño...
La flor que plantamos juntos
se ha secado.

domingo, 23 de noviembre de 2008

Sobrevuelo


A cada instante algo que intento
olvidar sin éxito,
mi mente se fragmenta con cada
despertar.
Largo es el divagar por
la ausencia.
El ruido se hace intenso
a media noche,
en el límite entre la vigilia y
el insomnio.
Miles de luces atravesando
el aire,
me elevo sin querer,
no puedo parar.
El corazón parece obedecer
algún mensaje subliminal,
no hay escape,
volar parece posible por
primera vez,
atravesar las paredes como un
fantasma también.
El éxtasis se acelera,
no quiero despertar,
el aire empieza a descender,
el aterrizaje ha sido forzado.
Ignoro cuan cerca estoy a veces
de perderme.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Adictos al dolor


Muchas veces el sentimentalismo oculta una faceta a la que pretendemos oponernos precisamente por buscar el afecto o alguna de sus formas derivadas: somos adictos al dolor, necesitamos del sufrimiento como elemento para el balance de nuestras vidas, a veces como una justificación de la alegría, a veces como el reconocimiento pleno y fundamental de nuestra humanidad. Cuando la desgracia nos es esquiva nos empeñamos en inventar cruentos monstruos que nos acompañen para no estar solos, y cuando estamos demasiado inmersos ya en esa sensación considerada como negativa por los lógicos y tecnócratas de la moral, de inmediato volvemos a buscar a la alegría como el placebo para el día siguiente volver a enfrentar la cotidianidad con valor.

Una venda sobre nuestros ojos es la indumentaria que nosotros mismos colocamos en nuestra cabeza, un sueño es lo que intentamos recordar día tras día para no sucumbir ante la atmósfera de la etiqueta y las buenas costumbres que la abuela tanto se empeñó en defender y la iglesia en amparar... mientras escribo estas líneas un terrible vacío me invade, pero en cuanto miro al cielo no puedo evitar llenarme de esperanza otra vez.


a Adriana

sábado, 1 de noviembre de 2008

Tambor


Amor,

rumor,

ardor,

clamor.


Ardor,

babor,

dolor,

color.


Rubor,

sabor,

olor,

cantor.


Rubor,

color,

amor,

ardor.