viernes, 21 de junio de 2019

Sol de Chernobyl

Cada solsticio nos recuerda
bajo la ardiente farola del universo
el cálido aliento de la muerte
Cada pájaro,
cada hoja de árbol desvaneciéndose
cada cerveza que se evapora en tu insípida existencia.
Has de correr,
pero no hallar salida;
solo fingir que el mundo acaba cada noche,
y mañana a la misma rutina.
Sentirte a gusto con las migajas que te da el mundo,
con encajar en algún rompecabezas,
con no morir en la miseria.
Con gritar aunque a nadie le importe tu intrascendente historia,
en una ciudad de los Andes.
Desbarata un muro,
quiebra unas cuántas cabezas;
juega a la revolución,
mientras llega el ocaso del sol.
Esta noche caerá un nuevo imperio en tu cabeza,
quizás mañana otro similar;
no te conformes tan solo con la luz a través del cristal.

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