domingo, 3 de mayo de 2009

Nada que contar

A veces el domingo se pierde como la visión panorámica de una ventana empañada por el vapor de algún improvisado guiso para la merienda. A veces ese sueño tan increíble que quisieras registrar en tus memorias dura apenas unos segundos, mientras se desvanece en la rutina del medio día. A veces crees ver estrellas fugaces en el cielo, pero resulta que era tu cabeza en un movimiento exagerado que revoloteaba todo en el firmamento.

A veces simplemente no hay nada que contar.

4 comentarios:

Marcelo Dance dijo...

Personalmente creo que el tema de las estrellas fugaces es una gran mentira universal...
Cierta noche de un verano pasado me quedé tirado en la reposera del patio mirando pasar una sorprendente cantidad de estrellas fugaces, y a todas les pedía el mismo deseo...
Hasta el día de hoy ni noticias...
Quizás tengas razón, y solo haya sido mi cabeza en movimiento...
Saludos David!

vary dijo...

….a veces; últimamente se ha vuelto una rutina en las mentes, parece ser que todo se ha vuelto casual, hasta el animo para contar.

Siembre visito tu pagina, y me agrada cuando hay nuevas entradas.

Joy dijo...

No importa si no hay nada que contar, lo importante es no dejar de pensar, ni imaginar, mucho menos dejar de hilar historias con eventos por más minúsculos que parezcan...

Saludos!

LOLA dijo...

ENTONCES NO HAY NADA QUE COMENTAR.

LOLA CIENFUEGOS