martes, 3 de marzo de 2009

Jugando a la guerra desde una burbuja




-No tienes nada que hacer?- me dijo, en voz alta, con un tono que sentí despectivo, imperativo.


Por dentro le mandaba a la mierda: "Txutxa, jódete, no te desquites de tu frustración conmigo" decía en voz alta, eso sí, lejos de esa figura paterna autoritaria, ya que si me escuchaba, de ley me metía mi buena pisa.




Por aquél entonces sonaba un disco de Bon Jovi, mientras mi hermano mayor se acomodaba el cabello lo más parecido que podía a Zack Morris de la serie Salvado por la Campana. Admiraba a mi ñaño: él tenía una facilidad casi mágica para conquistar a las chicas, aptitud que yo no poseía. Mi hermano menor no estaba en casa: se encontraba en su clase de tae kwon do en el colegio.


"Qué webada, mis hermanos son buenos para muchas cosas, el uno es un galán y el otro deportista, y yo que txutxa hago" pensaba. Hacía dos meses ya que el conflicto armado con el Perú había terminado; recuerdo que en la tele los noticieros pasaban escenas en donde los chicos se embarcaban en los buses, dispuestos a ir hacia el Cenepa, dispuestos a la aventura, dispuestos a poner a prueba su vida sin importar el riesgo de la muerte. "Ojalá hubiese tenido edad suficiente" me lamentaba: en ese entonces mi cédula podía delatarme 13 años.




En el colegio los wambras hablaban sobre películas de Stallone, Van Damme y Bruce Willis; yo no era muy popular en mi clase. Tampoco jugaba al fútbol. Tampoco jugaba a la guerra. Algunos años más tarde, entre los muchos libros que siempre estaban de adorno en mi sala y mientras buscaba un billete perdido de 500 sucres que para entonces ya no valía nada, encontré una obra del escritor Stendhal, Rojo y Negro. Nunca fui un lector destacado, pero ese libro de algún modo logró atraparme con su personaje atrapado en el dilema del poder, entre la posibilidad del sacerdocio o de ir a alguna guerra.




Durante la premilitar, y poco antes de la firma de paz entre Fujimori y Mahuad, el entusiasmo entre los chicos era grande: algunos todavía soñaban con ser militares, con vestirse de verde y probar su valor en la frontera. Yo, que siempre fui un televidente asiduo, estaba por aquél entonces conmovido con la teleserie Misión del Deber. De no ser por que siempre me atrajeron los diseños de las enciclopedias, nunca habría entendido Vietnam, ni los Tratados de Versalles, ni las Malvinas, ni Paquisha, ni Tiwintza, ni el Golfo Pérsico. La guerra, en su espectáculo mediático de luces lásers, llevados por cortesía de CNN y Coca-Cola, siempre fue un espectáculo que en nada, ni siquiera en un milímetro, logró acercarse al día en que descubrí que al igual que los cuentos de hadas y las leyendas de patriotismo la guerra de los libros y la tele no es nada, como tampoco lo es la postura de los pacifistas de escritorio o los altruistas huecos. Simplemente, basta con salir a la calle todos los días.

5 comentarios:

Marcelo Dance dijo...

Yo me encontraba haciendo el servicio militar en marina cuando pasó lo de Malvinas, y sabiendo que no me tocaría ir (salvo que la cosa se prolongase mucho) pensé ir como voluntario.
Esa clase de locuras que pasan por la cabeza de los descastados, los que no pertenecen a ningún lugar.
Las guerras no tendrían que existir, y muchos pacifistas me dan náuseas con sus discursitos al estilo Bono Vox...
En eso también coincidimos...

vary dijo...

Desde que nacemos estamos en guerra, luchando…
Y.., la otra guerra esa que es masiva…esa que… le tememos pero a la vez nos seduce, tiene ciclos. (de mujer)

….por allí existen guerras que hemos observado de platea y balcón y luego con morbosidad contamos los muertos…y después con aire de pesar repudiamos para que no nos pese la lengua.

Un buen texto para reflexión..

Joy dijo...

Nko!! :D
Qué lindo texto!, yo siempre me alegro de conocerte, aunque no hayas sido el más popular de la clase como dices o cualquier otra cosa, para mí te destacabas porque eres bueno en lo que haces :P

Un abrazo!!

Carlos dijo...

Gracias por comentar en mi blog. Me parece que no podías haber sido más sincero con tu texto. Creo que a muchos nos pasa eso de no ser el más atractivo o popular.

Anónimo dijo...

LA GUERRA Y LA PAZ... CONCEPTOS DISTINTOS QUE GIRAN ALREDEDOR DEL MISMO CONFLICTO, LA INTOLERANCIA.

INTERESANTE ESTE BLOG

SALUDOS!!