Hay gente a la que solo veremos por casualidad,
obligándonos a vivir esos pocos instantes como si fuesen los últimos,
Aunque no sepamos qué decir.
Nos preguntaremos quizás por un instante qué hicimos mal,
o qué podríamos hacer,
pero el tiempo jamás será suficiente,
pues cuando es suficiente,
nos aburrimos con facilidad.
Solo apreciaremos los instantes cuando se parezcan a poco,
como la vida ante el cosmos,
la eternidad de las estrellas,
tan pequeñas ante nuestros ojos pero tan infinitas allá afuera,
donde somos solo granos de arena para ellas.