Los sueños son a veces miedo,
miedo y esperanza.
Despiertas como noqueado sin saber si fue una advertencia de la realidad o un suspiro desde las tinieblas.
Caminas cual zombi a veces,
entre el amanecer y el último aliento de la noche.
Cuando te sientes feliz quisieras no despertar y quedarte en ese mundo,
pero los rayos del sol no tardarán en reclamarte.